Revista Latinoamericana de Comunicación Social
Universidad Católica Cecilio Acosta
vol. I nº 2
Sonia Sofía Quintero
Universidad Rafael Belloso Chacín
Sonia.quintero@gmail.com
Así es como reparto mi tiempo. La mitad del
tiempo duermo, la otra mitad sueño; cuando
duermo nunca sueño, sería una lástima, pues
dormir es la mayor de las genialidades.
Kierkegaard, Diampsálmata
Round uno: “nunca hables del club de la pelea”
Desde una perspectiva kierkegaardiana, creo que de inicio podemos afirmar que El club de la pelea es una tragedia en el sentido moderno del término, ya que muestra no sólo esta lucha que ya en Schelling veíamos entre la necesidad y la libertad,[i] sino que además descubrimos en ella, como lo propone Kierkegaard, una lucha entre la pena y el dolor, es decir, las repercusiones de la tragedia antigua en la tragedia moderna que hace visible lo propiamente trágico; pues recordemos que a Kierkegaard no le interesa investigar si lo trágico siempre ha sido trágico ni las diferencias sustanciales entre lo antiguo y lo moderno, pues ambos, lo antiguo y lo moderno comparten la misma sustancia, el mismo sustantivo: la tragedia: “Aquello que ahora ha de constituir sobre todo el contenido de esta breve investigación no es tanto la relación entre lo trágico moderno y lo trágico antiguo, sino que ha de ser un intento de mostrar cómo la particularidad de lo trágico antiguo permite ser integrada en lo trágico moderno, de manera que lo verdaderamente trágico se haga visible”. (Kierkegaard, 2006:160)
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